Parte I: Felipe, Salomón Segundo
«Por lo mucho quexcedio en la deuocion el catholico Rey Philippo Segundo a aquel emperador, ha querido el bienauenturado sancto manifestar al mundo quan acepto tenia Dios este serucio de la fundacion de tan sumptuso templo. En la vieja ley agradecio Dios por el propheta Nathan, el buen intento de su leal Rey Dauid de quererle edificar templo en Hierusalem le prometio que le recibiria de manos de su hijo y sucesor Salomon, a quien adornaria para ello con paz y sabiduria singular, y le añadio riquezas sobre todos los Reyes de Israel [...]. El que quisiere creer y saber con mas certidumbre lo que es, vealo que hallara edificado otro templo de Salomon, que con todo ello pareciese hariense allegado, esto, y edificado en tan pocos dias, y tan sin ruido de martillos, y sin sentir, que no parece obra hecha por solas manos humanas en este sancto templo, que con tanta aficcion y deuocion, mostrara y empleara en el sus riquezas, el Catholico Rey don Philipo, ofreciendolo como otro Salomon» [29].
Fray Joan de la Cruz, Historia de la Orden de S. Hieronymo (1591)
Una vez aclarado suficientemente mi alejamiento de las posturas esotéricas, voy a tratar de destacar las evidencias históricas que señalaban a Felipe II como un «nuevo Salomón» y que prueban la gran afinidad que sentía el Rey Prudente en el sabio rey bíblico.