1593. Antonio Possevino

El jesuita Antonio Possevino (Mantua, 1533-1611) incorporó  la Regola di Architettura de Bartolomeo Ammannati (Settignano, Florencia, 1511-1592) y el también jesuita Giuseppe Valeriano (Nápoles, 1542-1596) dentro del tomo II de su Bibliotheca selecta (Roma, 1593), un compendio enciclopédico antiherético de la Contrarreforma), en el capítulo 17 («Cuestiones sobre si el sistema de construcción debe ser el de Vitruvio o debe considerarse también el antiguo edificio del Templo de Salomón»).

El descubrimiento del tratado de Vitruvio conmocionó a los arquitectos del Renacimiento, prolongando su influencia al menos hasta bien entrado el Barroco. Principalmente a partir de que Alberti lo declara ejemplar y normativo. Pero encontró una reacción en la Iglesia católica que consideraría pagano todo este movimiento de romanización de la arquitectura. Los jesuitas también fueron parte de estas críticas, y especialmente Possevino se plantó frente a estos arquitectos que interpretaban el texto antiguo, criticando la actitud y argumentando que estas reglas no podían servir de fuente de inspiración sino que debían adaptarse a las reglas presentes. Esta idea se fortaleció con el avance de la ciencia arqueológica que reubicaba a Vitruvio en su propio contexto histórico.

Possevino escribió una guía flexible y práctica de la Arquitectura. Según él, citando sus fuentes, se requería en primer lugar el dominio del dibujo. Possevino hace aquí una alusión a Juan Bautista de Toledo como arquitecto de Felipe II, de quien afirma que dependía menos de seguir a Vitrubio al estar formado en el dibujo antes que en la Arquitectura. Concebía el dibujo como la habilidad práctica que podía expresar lo que concebía la mente. Consecuentemente, sería el principio organizador de la buena arquitectura, pintura y escultura, en el sentido de las artes del disegno de Giorgio Vasari (1511-1574). A esta habilidad unían la razón, la observación cuidadosa, la familiaridad con los materiales, el estudio directo de la ornamentación de los monumentos existentes y el conocimiento de los libros de arquitectura de los mejores escritores antiguos y modernos: Vitruvio (80 aC-15 aC), Leon Battista Alberti (1404–1472) y Andrea Palladio (1508-1580). El arquitecto ideal de Possevino era erudito y versado en las reglas necesarias para diseñar edificios robustos, útiles y atractivos.

Tomando las instrucciones de Palladio para la ubicación de las iglesias, Possevino recomendó que se ubicaran en la parte más noble de la ciudad, no solo para realzar la majestuosidad de la religión, sino que añadió -en una expresión típica jesuita- la importancia de la salvación de las almas. Las fachadas de las iglesias deben mirar a el centro de la ciudad para que la Religión apareciera como protectora de los ciudadanos. Possevino atacó la confianza exclusiva en Vitruvio que defendía Juan Bautista Villalpando (1552-1608) y también el editor veneciano de Vitruvio, Daniele Barbaro (1514-1570). Villalpando, también jesuita y coetáneo de Possevino, opuso el Templo de Salomón a la antigüedad pagana, al señalar sus columnas torsas como un nuevo orden y al hacer que desde Roma se declarara al Templo de Salomón como modélico de la Iglesia y un antecedente de la arquitectura griega y romana, intentando conciliar el paganismo romano de Vitruvio con el Renacimiento.

Possevino abogó, en cambio, por un enfoque abierto inspirado en las experiencias de Giuseppe Valeriano, un arquitecto en activo más preocupado por los tejados y las alcantarillas que por el orden perfecto de los números místicos. Cuando, refiriéndose a la arquitectura, Possevino ensalzaba a Alberti pero atacaba al mismo tiempo a Vitrubio, a la vez que citaba como autoridad a Valeriano (algo que en esa época, y en Italia, debió considerarse una “herejía arquitectónica”), ya estaba sentando las bases de la manera en que los jesuitas abordarían su relación con las artes en general y con la arquitectura en particular que daría lugar al Barroco.

Aparentemente un buen estilo jesuita en arquitectura o pintura, así como en poesía o retórica, imitaría juiciosamente los ejemplos de la antigüedad. Sin embargo, la defensa de Possevino de un buen estilo antiguo en el arte entraba en conflicto con su condena de las estatuas antiguas que se desenterraron para llenar y decorar Roma, elogiando los esfuerzos de los papas recientes (Pío V y Sixto V), que buscaron eliminar los ídolos paganos del Vaticano y el Capitolio. También señaló el efecto corruptor de los desnudos en la pintura, alentando en su lugar la capacidad de este arte para guiar con el decoro adecuado las almas hacia la devoción (pág. 315).

- Regola di Architettura di Bartolomeo Ammannati e Giuseppe Valeriano, tratado inédito, en parte recogido por Antonii Possevini Mantuani, S.I. dentro de su obra Bibliothecæ selectæ de ratione studiorum in Facultatitibus, quæ in pagina sequenti indicantur, tomus secvunvus, Venetiis, 1603 (ed. orig. Roma, 1593), tomo II, libro XV, capítulo XVII, pp. 286-291: «An ædificandi ratio peti debeat ex uno Vitruvio. Nun item ex Salomonici Templi, quæ olim extabat structura. Cap. XVII»:
- Libro I y Libro II (ed. Roma, 1603), Libro I y Libro II (ed. Venecia, 1603), Tomo I, ed. Colonia, 1607 
Cit. por Javier Rivera: Juan Bautista de Toledo y Felipe II. La implantación del clasicismo en España, pp. 64, 289 y 359, Valladolid, Universidad de Valladolid, Departamento de Historia del Arte, Caja de Ahorros Provincial de Valladolid, 1984. La cita la toma de: Pietro Pirri, Giuseppe Valeriano, S.I., Architetto y pintore 1542-1596, pp. 216-217, Bibliotheca Instituti historici soc. Iesu, Roma, 1970.
Sobre la preocupación de Valeriano por los techos y las alcantarillas, ver René Taylor, «Hermetism and Mystical Architecture in the Society of Jesus», en Baroque art: the Jesuit contribution, eds. Rudolf Wittkover e Irma B. Jaffe. pp. 69-70, New York, Fordham University Press, 1972.
La obra de Possevino es consecuencia del ambiente de salomonismo imperante a finales de siglo tras la terminación de El Escorial y por  la preparación en Roma de la magna obra de Juan Bautista Villalpando In Ezechielem Explanationes et Apparatvs Vrbis, ac Templi Hierosolymitani, impresa en Roma en tres grandes volúmenes entre 1596 y 1604, al que cita en varias ocasiones. Jerónimo de Prado (1547-1595), que firmó el primer volumen con Villalpando (ambos eran también jesuitas), entregó en 1593 un primer manuscrito al rey Felipe II.

Cuestiones sobre si el sistema de construcción debe ser el de Vitruvio o debe considerarse también el antiguo edificio del Templo de Salomón. Cap. XXVII

Hay un debate sobre si el mejor sistema de construcción debe basarse en el método de Vitruvio o más bien en las antiguas basílicas y, especialmente, en la estructura del Templo de Salomón, principalmente en razón a su eficacia. Ambos métodos tienen cualidades valiosas que pueden ser consideradas ciertas. Por ello, cada persona debería usar el método más apropiado que han transmitido tan destacados Arquitectos, que tenían sus propias habilidades.

Antes que nada, señalaré con franqueza que sobre todo nos ha instruido muy bien sobre la transmisión artística tanto Bartolomeo Ammannati, el distinguido escultor, pintor, arquitecto, como Giuseppe Valeriano (MODUS o estilo es lo que los arquitectos llaman Maniera), seguidor de Miguel Ángel Buonarrotti desde joven, pero más sabio en su vejez, al que imitó hace años, y que es también pintor y arquitecto, y que ahora es religioso de nuestra comunidad jesuita. Los arquitectos, según dijo [Valeriano], no se basan exclusivamente en Vitruvio para la verdadera arquitectura, sino en la razón y la observación atenta, siguiendo la mejor tradición de los antiguos. Aunque Vitruvio sistematizó la arquitectura y transmitió sus leyes y principios de forma extraordinaria, según aprendió de los antiguos, aún así, algunas de sus ideas en cuanto a la materialidad, es decir, su uso, no son eficaces. Por no hablar de las desventajas y medidas vanas de los capiteles corintios y las bases que introdujo.

Según los cinco expertos en Arquitectura, ello fue debido al fracaso del Dibujo. Pero esto debe probarse con ejemplos y razonamientos. No basta con que los grandes talentos se dediquen de lleno a esta disciplina, y que en algún momento no haya arquitectos que no la ejerzan debidamente. El dinero, el tiempo, la reputación y el culto Divino no se perderían si aquellos que no dominan esta disciplina acudieran a los arquitectos. Por ejemplo, Juan Bautista de Toledo, arquitecto del rey Felipe II y responsable del Monasterio de El Escorial, que en España no está lejos de esa Mantua castellana llamada Madrid, pasó veinte años en Italia para aprender Dibujo lineal en primer lugar y, posteriormente, Arquitectura. ¿Le hubiera llamado el rey desde España sin estos estudios? En las basílicas, según escribió Daniel Bárbaro, los arquitectos buscan muchísimas cosas; y habría sido mucho mejor si no hubiera seguido a Vitruvio, que no se adaptaba bien a la arquitectura cristiana, sobre todo a la moderna. Incluso los arquitectos lo reconocen y tanto él como León Bautista [Alberti], el tratadista de arquitectura, criticaron a menudo a Vitruvio en algunos de sus escritos. Éste es el caso. El que carece de la habilidad del Dibujo, es decir, el que no está entre los que tienen esa particularidad que les distingue desde el nacimiento, no se le tendrá por un Arquitecto completo. De ahí que grandes edificios se derrumben, o queden mutilados, desaparecidos o dislocados; que se derrochen impuestos o que no se sepan ejecutar cuando hay que gastarlos.

Proseguiré con el resto de la Arquitectura, la que se adorna y mezcla la naturaleza con sus diversos ornamentos, decorándola y conteniéndola, es decir, los monumentos de los Antiguos. Los que quedan están relacionados aquí, como los templos, teatros, pórticos, arcos, anfiteatros, intercolumnios, foros y otros. Ciertamente el arte del dibujo (pág. 287) es necesario para su buena disposición. Porque la Arquitectura no se sitúa tanto en los cinco órdenes básicos, dórico, jónico: corintio, latino, o compuesto, que son la base de la misma Arquitectura, como en otros principios que la constituyen en su totalidad, como la ideación, el conocimiento, los preceptos y el cumplimiento de las normas o usos.

El dibujo es la guía de estos principios, y del mismo procede la pintura, la caligrafía, la escultura, y otras artes que llaman mecánicas, pero que mejor deberían haberse llamado utilitarias.

Sin embargo, debemos profundizar en las razones que llevaron a la construcción del Templo de Salomón, ya que muchos han afirmado que los que se dedicaron a las normas y construcción de edificios aprendieron un método de arquitectura más oscuro que verdadero. Pero esto no es realmente cierto.

An ædificandi ratio peti debeat ex uno Vitruvio. Nun item ex Salomonici Templi, quæ olim extabat structura. Cap. XVII
An verò æficandi ratio, quæ omnium præstantissima fit, peti ex uno Vitruvio debear, an potius ex antiquis basilicis, potissimum autem è Salomonico Templi structura, sicuti quidam existimarunt, expedentum est modo. Sic enim ea, quapietatis sunt, asserre cupimus, vt tamen veritati suus locus: methodum autem quisque rectissimam ex eminentibus Architectis acceptam tenear, qui se isti facultati addixerit.
Ac primum huc ingenuè conferam, quæ potissimum præter alios optimè hac de rota re sæpè disteruere mectun Bartholomæns Ammanatus insignis Sculptor, Pictor, Architectus, & Iosephus Valerianus (MODVS hic Iralicè ab Architectis dicitur Maniera), Michaelis Angelis Bonarotæ à puero æmulator, grandior autem natu sactus, imitator, multis certè abhinc annis & Pictor & Architectus, idemque iam Sacerdos societatis nostræ. Architecti (aiebat hic) qui veram architecturam callent, non omniòo ĕst Vitruuio, sed ex ratione, ex attenta observatione, optimoque veterum modo pendent. Nam etsi Vitruuius Architecturam in vnum corpus redegit, atque huius leges, ac præcepta egregiè tradidit, quæ quidem omnia fatetur ab Antiquis se accepisse, multa tamen putavit se docuisse, quæ cum ad rem venitur, ed usum, nequaquam succedunt, ne quid dicam de incommodis et futilibus mensuris Capituli Corinthij, et basium omnium, atque coronarum, quas ille attulit.
Sanè, quod peritissimi quique Architecturæ asserunt, id Graphidis defectu factum est. Quod quidem exemplis, & rationibus comprobandum est; non solum vt huic facultati rectissimè se dedant ingenia præstantia: vtque aliquando desinant haberi Architecti, qui eam facultatem probè non sunt assecuti, verum etiam ne pecuniæ, temporis, existimationis, atque adeo Diuini cultus iactura fiat, si ij, qui non sinæ quales esse deberent. Architecti consulantur. loannes quidem Baptista Toletanus Philippi Il. Regis Architectus, Regij Coenobij in Scoriaco, quod in Hispanijs non procul abest Mantua Carpentana, quæ Matridium dicitur, viginti impendit annos in Italia, vt Graphidem primò, mox Architecturam addisceret: nec verò tantus sine hoc studio vnquam cuasisset. In Basilica verò, quam Daniel Barbarus posuit, desiderant Architecti eximij multa: quæ absolutiora fuissent, nisi mordicus Vitruuio adhæsisset, quem simul fuisse minus in inueniendo perspicacem Christiani plerique omnes recentiores Architecti agnoscunt. Qui & Leo ipse Baptista, qui de Architectura scripsir, cundem Vitruvium sæpè reprehendit pluribus locis. Ac profecto ita se res habet. Cui Graphidis peritia desuerit, vt quæ particularia membra sunt, ea ita non aprer, vt non tam adglutinata, quam nata esse videantur, is integer haud habebitur Architectus. Inde igitur accidit, vt ingentia ruant ædificia, vel maneant mutila, manca, luxata, prodigatur census, vbi necesse non fit, retineatur cum effet infumendus. Porrò ad reliquam Architecturam cum magnoperè specter ornatus, quippe quæ Naturam imicetur sua quæ que uarijs ornamentis decorantem, ac continentem, id verò Antiquorum monumenta; quæ supersunt, ad huc testentur; nimirum, Templa, Theatra; Porticus, Arcus, Amphitheatra, Intercolumnia, Zofori, & alia; certè ipsa Graphidis (p. 287) ars his optimè disponendis pernecessaria est. Addo, cum Architectura non tam sita sit in quinque ordinibus Herrusco: Dorico: Ionico: Corinthio: Latino, sive misto: quæ ipsius Architecture sunt membra, quàm in alijs siue principijs, siue ijs quæ illam integrè constituunt, Inuentione, eruditione, præceptis, obseruatione, vel vsu: 
horum omnium quasi sons, atque directrix, est graphis, ex qua Pictura, glyphice, Sculptura, cetereq; artes, quas vocant Mechanicas, rectius dixissent Banausicas , fluxere.
Nun verò ex Salomonici Templi structura ratio Architectură addifcendæ peten da ut, eò magis examinandum eft, quod non defuere, quidixerint, cos, qui gentium ædificijs, & præceptis sele dediderunt, adumbratam pocius quàm veram Architecturę methodum didicille. Quòd certè haud verum eft. -------------------
Ethnicis enim Deum fuisfe impertirum veràm ædificandi rationem ex co liquet, quòd hanc ad ipfa quoquc sua, in B quibus colicur,sempla conftruenda, adhibitam fuiffe, atque adhiberi identidem cerniimus. Nequeyciò quoniam Befelceli fpiritum suum,fapientiam, atque intelligen Exodzi. tiam,ac scientiam dcdit ad excogitandum, quidquid in eo fabrefieri poßet; propterea integram Architecturæ ideam in Scriptura monltrauit . Neque irem par ratio eft myficiillius Templi, quod suo tempore eracabolendum , qumqueipso eius lapides omnes cuertendi, atque effe debet in noftrisædificijs,& Templis. Jam quod al[inet ad proporciones, præcepta, fymmecriam, acque adeo ad vniuerfam Salamoni. ai Templi structuram,ea intelligendis quidem Diuine Scripturę myfterijs coir.moda rc posset;struendo non item. Primum,quod antiquis illud facrificijs, & immolation nibus brutorum, deinde cereris fucurorum vmbris dicatum fuerat, quæ vbi ceffaffenti,
prorfus erat cuertendum; denique arria illa; & porticus Iudaici Templi erant diftin- ** *** C &tæ pro varietate gentium, atque facrificiorum, & facerdotum, ac ceremoniaruan a
Quixaneta fublata funti. Translato enim Sacerdotio, translatio factæ eft legis, & illius Templi(ut ita dicam ) Architecturæ. Ex quo certè Diuinæ Providentiæ miraculum cerniqucrat Pancheón enim , ac Mineruæ, & aliorum fallacium Deonan Templa Romæ, & alibiftane voluit, eaque Bearifs.. Vingini Matri, cecerisque cælitibus dicari: At ludzici Templi ne veftigium quidem suporeffe permifit. Quin & Iudæi teraggrefli illud reædificare nihon potuertint. Deo snim bcllante (inquie Chryso- Cbryfof.s. ftomus) superare impoffibile eft. Sed quid pico de Templo? ipsam quoquc Ciuima- oras, admowe
tem numquam amplius confpici voluit , in qua illud ipsum fuerat Templum. Aeliæ D Adrianus nomen Hierofolymæ imposuit, cognomine Victoris & Euerforis. Iudæi
enim mota seditione conati sunt illam instaurare.Sed ille penitus cam delcuit iterum, a & ftatuam illo in loco fuam collocauit , & nomen fuum impofuit ciuitatis tuinis.
- Sub Conlaoxing: curfaseadem aggreffi fupt, Acille ampudatis eorum auribus, ac rebellionis figno impresso corpori illorum, per omnia loca circumferebap illos cet  fugitiua mancipia,ac eos, qui per omnes regiones erant fparha orudiens, ne in poken  cum eadem conarcntur.docx vedi,  3. Sub luliano Apostata , cui ludæi dixerunt. Si vis nos videre facrificantes, redde nobis Ciuitatem, reftitue Templum; nec puduit impias,& impuras manus uocare ad extructionem fanctorum, non perpendentes,quod l homo illa demolitus fuiffet, per 
tuiffet hoino illis eas reftituere. E E ,
Ac Deus, qui comprehendit fapientes in ipforum aftutia, protinus ipfis factis decla mwit illi, quod Dei decretum omnibus eft potensius, ignis enim exiliensè fundamen tis exulit multos i;& intempefiuam pertinaciam interrupit.
Vt kabersaie idem Chryfoftomus, iactis fundamentis,ercetis parietibus,concamerata teftydinc ipfaque concameratione in vnum lapidem in medio pofitum connexes kleum collat,tocain adificij compagem foluerit sita Deus cum eam Ciuitatem fecilfet quafi nodum totius Religionis ludaicæ, ac mox cam subuerterit, nonne pariter & voiuerfum eju's Ciuitatis ftatum dissoluic..

(pág. 286).